Existen varios elementos a los cuales podemos atribuir la variabilidad genética (tendencia de los organismos a poseer diferentes características), más los podemos clasificar según en qué harán que varíe el individuo. Iniciemos por aquellas que hacen variar el fenotipo (rasgos físicos del individuo):
- Las variaciones fenotípicas son las que se originan tanto por el genotipo, por el ambiente que rodea al individuo y por la interacción de estos anteriores. Entre los factores ambientales que intervienen en el proceso tenemos la alimentación, la temperatura, la luz, la humedad, las radiaciones que influyen directamente en las variaciones fenotípicas y pueden estar representadas por rasgos físicos, bioquímicos, fisiológicos o de comportamiento. Como ejemplo de esto tenemos el color de piel: personas que vivan en climas más fríos tenderán a tener colores de piel más claros (ya que la luz del sol no estimula la aparición de melanocitos) mientras que las personas que viven en latitudes más calientes tendrán colores de piel más oscuros por su mayor exposición al sol aunque esto también dependerá del genotipo.
Diferencia de colores de piel por mayor o menor presencia de melanina. |
Ahora las que causan la variación del genotipo (genoma del individuo):
- Algunos genes de la población son invariables con respecto al genotipo de sus portadores mientras que otros muestran un alto grado de variabilidad y esto constituye una de las bases del proceso evolutivo e implica cambios en la estructura genética de una población a través de generaciones sucesivas. No todos los organismos manifiestan su genotipo de las misma manera ya que existen factores que intervienen directamente en la expresión del genotipo haciendo que éste sea diferente al esperado. Podemos desglosar dos tipos de variaciones, continuas y discontinuas:
- Las variaciones continuas que son gradaciones de pequeñas diferencias en un rasgo particular. Como por ejemplo el color de ojos.
Variación continua en tigres por su genotipo. - Las variaciones discontinuas que son aquellas que no admiten gradaciones en ese rasgo. Como por ejemplo el tipo de sangre.
Las variaciones que contienen mayor valor evolutivo, sean discontinuas o continuas, son aquellas que provienen de factores hereditarios y no de factores ambientales, ya que las últimas no son transmitidas a la siguiente generación perdiéndose la característica con el individuo a quien afectó.
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